domingo, 23 de marzo de 2014

El santuario de los niños perdidos

 
Mi primer contacto al llegar a Kathmandu con la Esther Benjamin Trust tiene lugar en el New Orleans Café, un pequeño restaurante de inspiración tibetana en el corazón de Thamel. Es uno de mis lugares favoritos en este atiborrado barrio de turistas. Me recibe Sita Ram Bhatta, el delegado de la fundación en Nepal, deseoso de conocer en persona al intrépido español que ha llegado hasta ahí en moto siguiendo la estela de la historia de los niños que él protege. Es un hombre bajito y rechoncho de sonrisa franca y sencilla. Está deseoso de saber qué he visto, me asetea a preguntas. Su principal duda es cómo actuar ahora. Las organizaciones de tráfico humano se han vuelto más escurridizas y desconfiadas que nunca.

SIGUE http://www.proyectosuraj.com/el-santuario-de-los-ninos-perdidos/


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